sábado, 31 de marzo de 2012

El refugio de la memoria de Tony Judt

Hace un par de semanas mi amigo DAL, ne recomendó este libro le hice caso, y mientras se lo agradezco, hago lo mismo con ustedes, ya que este libro, escrito desde la más absoluta libertad, la que da el saberse en los últimos días de vida, como era el caso del escritor, Tony Judt, historiador judío, británico de nacimiento y norteamericano de adopción. Su lectura es un ejercicio de incorrección política, frescura e introspección de una vida ajena plena, culturalmente rica y enriquecedora, cosmopolita y que nos ofrece una visión sugerente del mundo de la segunda mitad del siglo XX.
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En El refugio de la memoria, editado por Taurus, Tony Judt nos desgrana los recuerdos de su vida sobre los que reflexiona y se recrea en la vigilia a la que su enfermedad terminal le somete. Comienza y termina este libro con el recuerdo de una casa en Murren, Suiza, el lugar sobre el que no tiene ningún recuerdo negativo.
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A partir de ahí nos presenta, mediante breves capítulos, la visión de un hombre de 60 años sobre su infancia y juventud en Inglaterra, la comida, los coches o las vacaciones de una familia de clase media en el Londres gris de postguerra. Hace también unos interesantes comentarios sobre sus estudios, su paso por el King's College de Cambridge, la elitista École normale superieure de Paris o el recuerdo de sus profesores o, posteriormente sus experiencias como profesor en Oxford, y los EEUU.
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Pero son, con diferencia, los más interesantes sus comentarios sobre la evolución de su pensamiento y su visión de las ideologías. Judt es, podríamos decir, izquierdista, lo que no le impide ser ácidamente crítico con los "progresistas, "revolucionarios" y demás ralea de la izquierda europea nacida de la revolución de 1968. Es en el análisis de este proceso donde pone de manifiesto la hipocresía y la inconsistencia ideológica de la izquierda europea del siglo XX, cosa que se extiende y acrecienta cuando estudia la historia reciente de Este de Europa donde entra en contacto con disidentes, sobre todo checos y polacos. De estos últimos, Judt cita el libro El pensamiento cautivo del Nobel Milosz en el que se trata de explicar este hecho, verdadera enfermedad moral de la izquierda europea, como hemos visto en las calles de España hace apenas unos días.
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Tony Judt murió en Nueva York en 2010 tres meses después de terminar este libro, pero sus ideas inconformistas, ingeniosas, evocadoras y profundamente libres permanecen en este magnífico libro.

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