miércoles, 4 de agosto de 2010

Ideologías y etiquetas

Desde que Don Gonzalo Fernández de la Mora y Mon escribiera, con una envidiable clarividencia y un estilo supremo, en fechas tan lejanas como 1971, El Crepúsculo de las Ideologías, quedó claro que eso de izquierdas y derechas no eran más que vagas y anticuadas etiquetas, cada vez más vacias de contenido. Por comodidad , seguimos usando esas etiquetas como definición, a pesar de lo que dijera Ortega al respecto: Ser de la izquierda es, como ser de la derecha, una de las infinitas maneras que el hombre puede elegir para ser un imbécil: ambas, en efecto, son formas de la hemiplejía moral.
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Pero no es España lugar en que seamos amigos de mudar las costumbres con facilidad, ni menos aún de seguir a nuestros sabios y filósofos, como Ortega y Gasset o Fernández de la Mora. Aquí continuamos con el apego a la etiqueta, a la simplificación y por eso seguimos, sin autocrítica alguna, los dictados de personas de dudosa moral y reconocidos deméritos como son, sin excepción, los miembros de nuestra clase política.
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Como muestra de esto, hoy se ha publicado el llamado barómetro CIS, y la noticia ha sido la ventaja de un 6,3% de PP sobre PSOE en intención de voto. A mi, en cambio me llama más la atención el uso de etiquetas del CIS, a las que llama, con acierto, casillas, y la visión y autodefinición ideológica de los españoles al responder. Como se ve en el cuadro de arriba, un 36% se consideran de izquierdas y un 12 % de derechas, cuando deberían ser iguales dado que el centro, como su nombre indica debe ser eso, el centro y por tanto un punto equidistante. Pero no. Son muchos años de propaganda. Tampoco es esto lo importante.
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En el mismo documento aparece otra clasificación, también ideológica, en la que los españoles se definen nuevamente, pero con resultado dispar. Lo vemos en el segundo cuadro. Las ideologías consideradas de derecha completan un 30% mientras que las de izquierdas son un 26%. Aquí la definición o el detalle es mayor e incluye además los que llamo temáticos y que pueden responder a intereses personales más que sociales o ideológicos propiamente dichos.
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Creo que es un buen retrato de la indefinición política de los españoles y de la exitosa labor de propaganda contra la marca "derecha", que permanece, como la marca "izquierda", vacía desde hace más de un siglo.

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