jueves, 1 de abril de 2010

Padres fuertes, hijas felices, de Meg Meeker

Meg Meeker es una médico pediatra norteamericana con gran experiencia en el tratamiento a adolescentes con problemas, valga la redundancia. En su libro Padres fuertes, hijas felices, hace un repaso y resumen de las conclusiones que su dilatada carrera profesional y personal le han hecho sacar y puesto de manifiesto. El libro, breve y de fácil lectura, ha sido editado por Ciudadela.
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La lectura del libros nos plantea un primer problema y es de no sentirse reflejado en el. Y no por las interesantes conclusiones a las que llega o por las experiencias propias que comparte, sino por el "entorno" en el que estos se desarrollan y sobre algunos puntos discutibles que nacen de que este libro está escrito por y para norteamericanos. Y se nota.
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No obstante hay muchas cosas interesantes que a los padres de hijas adolescentes nos pueden servir en lo que se refiere al trato entre hija y padre, que es de lo que trata este libro. Así se tratan asuntos como la forma de afrontar el sexo, las modas, la alimentación y sus trastornos o el papel del padre como modelo para el futuro marido de la hija. Pero hay en todo el libro un aspecto inquietante y que nace de la hipocresía americana en estos asuntos. Con respecto al sexo, el objetivo que se plantea la autora para las hijas no es que las relaciones sexuales sean un reflejo de un amor único, exclusivo y consagrado, no. El objetivo es "retrasar las primeras relaciones sexuales" dando por hecho que se van a dar antes y, por tanto, fuera del matrimonio. Es un mensaje que aparece en trazos finos pero de forma permanente en todo el libro lo que hace que una obra práctica e interesante se pueda convertir en una boma en manos de personas no formadas. En resumen: interesante pero prescindible.

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