jueves, 24 de septiembre de 2009

Por las calles de Pessoa

Fue una tarde plácida, de final de verano. Las primeras nubes, mansas y altas se acercaban a Lisboa con timidez. La brisa fresca del Tajo y de más allá no dejaba que la atmósfera, aún festiva, se cargara de humos o de excesivos ruidos y permitía a los turistas, a los paseantes y a todos los que disfrutaban de la tarde lisboeta que vivieran en una extraña placidez, como un paseo onírico, difuso, pero a la vez real.
.
Antoine de Saint Exupery definió a Lisboa como «un paraiso claro y triste». No puedo dejar de dar la razón al autor de El Principito. Es claro por que aquí la luz es sólida y triste... Triste puede ser por muchas razones y cada uno tendrá las suyas.
.
Tras bajarme del convoio (el tren) en Cais de Sodré, paseé por Baixa desde el Tereiro do Paço hasta casi el Rossio, bordeé el elevador de Santa Justa y sin subirme a él tomé la cuesta hasta el Bairro Alto y el Chiado que bullía en una penumbra urbana y agitada en la que los tranvías daban su toque original, autóctono y para nada decadente, simplemente, lisboeta.
.
Visité la Livraría Bertrand, quizás la mejor y seguro, la más antigua de Lisboa buscando una antología de poesía de Fernando Pessoa, que fue también cliente del establecimiento. Encontré, a pesar de los dependientes, una magnífica recopilación de prosa y poesía de Pessoa y sus heterónimos. Y no pude parar de leer su portugués vigoroso, pero a la vez, claro y triste como la ciudad que le vió nacer y morir. Para concentrame en ello tomé una mesa en A Brasileira, la cercana cafetería en la que escribió y se inspiró. El café fue magnífico, el libro mejor.

2 comentarios:

Jorge Aspizua Turrión dijo...

Abu:

Junto a Unamuno, de tan vasco españolazo iberista, Pessoa nos enseña que "La muerte no es el final".

¿Vás sintiendo que la capital de las Españas es Lisboa?

Compra "Os Luisiadas" de Camoens,tiempos de Felípe II, fíjate como empieza. Casi como el himno de Holanda, delta del Rin.

Un abrazo

Jorge

Abu Saif al-Andalusi dijo...

Lisboa es un pequeño paraiso donde aún quedan gente amable, pobres educados, ricos (pocos, muy pocos) generosos. Estoy leyendo una antigua biografía de Salazar. Los Lusiadas vendrán tras Pessoa y su Mensagem.
Abrazos
Abu