domingo, 17 de mayo de 2009

Somalia o cómo mirar en la dirección equivocada

Somalia lleva en guerra civil desde 1971. El estado no existe, los líderes de los clanes, y son muchos, dirigen su porción de territorio y su milicia particular enfrentándose o aliándose entre ellos según sus particulares conveniencias. Somalia es además un pais desértico y pobre que tradicionalmente ha subsistido vendiendo cabras a Yemen y Arabia Saudí.
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Los intentos internacionales de resolver el problema han fracasado uno tras otro. El más sonado, protagonozado por los EEUU en 1993, fue llevado al cine con una magnífica película titulada Black Hawk down, que seguramente recordarán. La ONU además desplegó otros contingentes que se retiraron tras un rotundo fracaso como habían hecho las fuerzas norteamericanas un tiempo antes. Finalmente, Etiopía invadió en vísperas de la Navidad de 2006 a su vecino país con el que está técnicamente en guerra desde los años 70 a causa de Ogadén, región etípope pero con mayoría de población somalí.
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Esta invasión contó con el apoyo, activo o pasivo, occidental que veía en la Unión de Tribunales Islámicos una amenaza para la región toda vez que varios de sus miembros, principalmente su líder, Sheik Aweys, están vinculados a los brutales atentados contra las embajadas de EEUU de Nairobi (Kenia) y Dar es Salam (Tanzania) en 1998 que causaron más de 300 muertos.
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El Gobierno de Yussuf era incapaz de gobernar fuera de los muros de su palacio presidencial en Baidoa, a unos 300 kilómetros de Mogadiscio y la presencia etíope le permitió un cierto respiro. Una fuerza militar de la Unión Africana (AMISOM) reducida y bienintencionada, compuesta por cuatro batallones de Uganda y Burundi apenas pueden defenderse de los ataques de las milicias islamistas de Al Shabab, radicales y con vínculos con Al Qaeda, y que era la facción más radical de los fieles a Aweys antes de la invasión por parte de Addis Abeba. Un nuevo líder, islamista moderado, Sheik Sharif, se hizo a principios de 2009 con la Presidencia tras ser elegido por el parlamento e intentó pacificar el país. Las luchas entre señores de la guerra y clanes propiciaron que la mayoría de las fuerzas que le apoyaban cambiaran de bando y apoyen ahora a Al Shabab. En los últimos meses ha habido varios atentados suicidas y la sofisticación de los ataques indica un apoyo externo. Esta milicia, a los que se ven en la foto arriba, bien entrenada y organizada, está alcanzando en las últimas dos semanas sus objetivos militares por lo que la caida de Mogadiscio y el colapso del Gobierno somalí es inminente y la posterior declaración de un califato al estilo talibán es, prácticamente, un hecho.
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Mientras tanto, la prensa, los gobiernos, entre ellos el español, y otros aficionados, se preocupan por la piratería sin darse cuenta que esto es tan sólo un síntoma, un efecto colateral, de lo que pasa tierra adentro. Cuando se quieran dar cuenta tendrán un nuevo Afganistán, por mirar en la dirección contraria... que es más barato y más politicamente correcto, claro, ya que afrontar con seriedad el verdadero problema de Somalia cuesta vidas.
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El problema se puede afrontar hoy asumiendo riesgos en Mogadiscio o mañana... pero tendrá que ser en nuestras propias casas. Vds. verán lo que hacen, señores.

2 comentarios:

charneguet dijo...

¿Eres Saharaui?...Yo estuve allí, en los últimos coletazos del fanquismo durante mi servicio militar, en Punta Playa y El Aiun...Impresionante, majestuoso el desierto, sobre todo por las noches...Perdona que todavia no haya leido tus artículos...solo el perfil que me llamó la atención...Pero ya lo hare mas adelante...Saludos cordiales desde España.

Abu Saif al-Andalusi dijo...

No, no soy saharaui pero siento un profundo respeto, admiración y... pena por este noble pueblo al que tanto le debemos.