martes, 17 de junio de 2008

¿Una política exterior comprometida?

El pasado 16 de junio, el Presidente del Gobierno, Señor Rodriguez Zapatero presentaba la política exterior española para la presente legislatura y lo hacía en el Museo del Prado ante el cuerpo diplomático acreditado ante el Rey de España a lo que se añadió el dudoso lustre de la presencia de Kofi Anan.
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El discurso es, en general, asumible y contiene una serie de puntos positivos, el primero de los cuales es, sin duda, la continuidad de la política exterior española. Otros puntos son absolutamente utópicos y añade naderías al discurso tradicional. Añade el Presidente, por ejemplo, algunos puntos que son innovadores sólo por su mención, pero no por su ejecución. Así, la lucha contra la pobreza, la “gestión ordenada de las migraciones” o el apoyo a la economía española en el plano internacional, no son nuevos. Sí lo es en cambio la mención al cambio climático, asunto discutible donde los haya cuando se plantea desde un punto de vista internacional.
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En el plano puramente político, además de anunciar un nuevo Plan África, señaló los pilares tradicionales: Europa, Iberoamérica, Mediterráneo y mundo árabe y EEUU. País este último con el que la normalización de relaciones inumerablemente anunciada no acaba de ser un hecho, al menos en los niveles alto e intermedio.
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El apartado dedicado a economía contiene una gran contradicción cuando dice que: “Frente al proteccionismo egoísta, nosotros somos partidarios de los intercambios en pie de igualdad”. Mucho nos tememos que la Política agrícola común y la presión de los agricultores españoles no dejarán que este magnífico propósito se haga realidad.
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Cuando se habla de seguridad y terrorismo se hace bajo la "marca de la casa" es decir la "Paz", palabra que empieza, por lo manoseada, a peder su valor. La sucesión de lugares comunes es aquí de lo más habitual introducinedo conceptos discutibles y que dan muestra de lo que puede venir. Unos ejemplos:
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"Los conflictos golpean hoy, fundamentalmente, a la población civil: nueve de cada diez muertos en conflicto son civiles en el mundo". Alguien debería decirle al Presidente que esta tendencia empezó en la II Guerra Mundial y alcanzó los valores actuales ya en la guerra de Vietnam.
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"Por ello vuelvo a reiterar que la crisis con Irán debe resolverse con firmeza, pero a través del diálogo...". Cuando un pais, como Irán, amenaza a otro, como Israel, de barrerlo de la faz de la tierra, mientras desarrolla un programa nuclear, se tiende a pensar que puede ser necesario algo más que el diálogo, ¿no?.
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"No venceremos al terrorismo internacional, ... abordándolo como una guerra. Hacen falta convicción y firmeza internas pero también...". ¿Y si los terroristas se plantean sus acciones como una guerra?. Sobre lo de la firmeza y la convicción, con los antecedentes domésticos, prefiero no comentar nada...
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"Marruecos y Argelia merecen una especial referencia. Trabajaré también para acercar posiciones entre ambos, para seguir intensificando nuestras buenas relaciones y para contribuir a una solución de la cuestión del Sáhara...". Creo que en Tinduf más de uno se alegrará de que no "siga acercando posiciones"...
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Por último el compromiso contra la pena de muerte, contará siempre con mi apoyo, pero mucho nos tememos que ante paises como Irán o China, el esfuerzo es ingente y al final, seguramente baldío. Pero nunca inútil.
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Al acabar de leer el largo discurso, que duró casi una hora, uno acaba echando en falta un "soporte a todo esto". Y lo que pasa es que falta una Estrategia Nacional de Seguridad que señale los puntos a seguir en el largo plazo y que no sea, como anunció al presidente al principio de su discurso que es una "política exterior propia de un Gobierno progresista". No. Tiene que ser la política exterior de España. Mal empezamos.

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