viernes, 13 de junio de 2008

De "miembras", "fistros" y otros prescindibles

No ha sido nunca este blog lugar de críticas políticas personales, o al menos no ha sido esa la norma, ya que hemos procurado mantenernos neutrales, sin disimular nunca la opinión sobre la política de este gobierno o de cualquier otro, en lo que se pueda ser neutral, que a veces son muy pocas cosas. Hoy es uno de esos días en los que la acción pública del Gobierno reclama la crítica, y no voy a hablar de la inanidad ante la huelga de Transportistas.
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Hoy el turno es para Bibiana Aido, Ministra de Igualdad.
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El perfil de la Ministra es, cuando menos innovador, en parte debido a su juventud lo que es casi siempre, además, señal de inexperiencia. El salto de Directora de la Agencia Andaluza para el Desarrollo del Flamenco a ostentar una cartera ministerial del Estado Moderno más antiguo del mundo parece arriesgado. Pero no es esta mi crítica y siempre he pensado, incluso ahora que descubro mis primeras canas, que la juventud debe tener la oportunidad de poner encima de la mesa sueños y utopías, que los mayores ya pondremos la sensatez.
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Tampoco es una crítica a la creación de un Ministerio de Igualdad, o como alguno ha dicho, no sin gracia, de "Igual Da". Aunque hay de fondo un problema: el concepto de Igualdad que se aplica, basado en la "Ideología de Género", tan de moda en nuestro gobierno actual. Cuando nos hablan de Igualdad se refieren en exclusiva a la que se promueve entre hombres y mujeres, lo cual me parece muy bien siempre que se haga dentro del sentido común, pero no se aplica esa igualdad a la diferencia en el trato fiscal entre castellanos y catalanes, por ejemplo, o a la desigualdad en la educación entre canarios y vascos. En definitiva, el nombre del Ministerio lleva a error y se trata de un órgano, no para promover la igualdad sino la ideología de género, cosa que es muy diferente, e incluso a veces contrapuesta. Pero tampoco es esa la crítica de hoy.
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La crítica de hoy es a la verborrea logomáquica y estólida de la ministra que parece que quiere igualarnos a todos en los más bajos escalones de la zafiedad y la incultura. Palabras como "fistro", a la que le dió paternidad británica, o el neologismo, "miembra", que en absoluto puede ser aceptado por meras razones etimológicas, son absolutamente prescindibles. Mucho nos tememos que el Ministerio y su titular, también.

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