viernes, 30 de noviembre de 2007

Meditación de la trituradora o cómo perder el alma


El pueblo que mata a sus hijos ni tiene alma ni merece tener futuro..
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Las noticias que aparecían en la prensa estos dias pasados nos informaban sobre la detención tras una denuncia de e-cristians, una valiente organización católica catalana, contra los responsables de una clínica abortista en Barcelona, que habían organizado todo un mercado de la muerte, cobrando por cada aborto ilegal miles de euros y generando todo un centro de peregrimación mortal al lugar donde a más niños se aseisnaba en Europa y, posiblemente, en el Mundo. Triste récord.
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Pero ¿de qué nos extrañamos?. ¿de qué nos sorprendemos? Hace muchos años que se aprobó la ley de despenalización del aborto, que contemplaba unos casos extremos en los que el aborto dejaba de ser delito. Pero se ha convertido, mediante un criminal fraude de ley, en una aprobación, de facto, del aborto libre... pero no gratuito, ya que muchos políticos obtiene pingúes beneficios de este negocio de muerte, como socios de estas empresas, tal es el caso de las clínicas Isadora y Dátor de Madrid, en manos de dirigentes de Izquierda Unida.
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Como muestra, en octubre de 2004, Europa Press, publicaba esta noticia que no va a ser comentada, ya que dice suficiente de los administradores autonómicos de Cataluña, pertenecientes al PSOE, IU y ERC: "La Conselleria de Salud de la Generalitat ha inspeccionado la clínica ginecológica Ginemedex, en Barcelona, y considera que la asistencia que presta es "correcta", por lo que descarta que haya practicado abortos ilegales". Lo ven, lo dicen ellos y ya es verdad...
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Por último, me parece mucho más triste que tenga que ser el Sunday Telegraph británico, o la televisión danesa la que vengan a la "católica" España a decirnos que en nuestras clínicas se asesina niños y además que se hace con peculiar sadismo, como la decapitación de fetos de siete meses, y fuera de la ley, mientras las autoridades miran para otro lado y nos convencen de que debemos salvar a las ballenas o al petirrojo común, o mientras las alcantarillas de nuestras ciudades se convierten en los tristes sepulcros de niños que nunca verán la luz, que nunca jugarán en un parque porque las leyes de un pais hedonista y sin alma lo permiten.

1 comentario:

LFU dijo...

El siniestro dr. Morin tiene al menos una clinica -perdon- matadero en Madrid. A que espera la Comunidad de Madrid para iniciar una investigacion?. Un abrazo y enhorabuena por tu entrada